Repetir apagado

1

Repetir uno

all

Repetir todo

01 Junio 2025, 12:15
Un joven de 17 años fallece apuñalado en la ciudad de Dax, al suroeste del país, y otra persona muere en París en un accidente de moto
01 Junio 2025, 12:15
Más de 200 personas han resultado heridas en el centro de distribución en Rafah, según el Ministerio de Sanidad gazatí | El ejército israelí niega tener conocimiento de víctimas
01 Junio 2025, 08:15

Cabaret

Cuando Christopher Isherwood escribió 'Adiós a Berlín' Sally Bowles ya existía. Y no era un personaje de ficción

La leyenda de Sally Bowles, inevitable y lógicamente asociada a Liza Minelli, no había empezado en el Cabaret de Bob Fosse (1972); tampoco era hija del musical de Joe Masteroffs (1966), de la censurada película de Henry Cornelius (I Am a Camara, 1955) o de la obra de teatro del mismo nombre, de John Van Druten (1951), y ni siquiera se puede afirmar que surgiera en su totalidad del Adiós a Berlín (1939) de Christopher Isherwood, miembro del grupo de W. H. Auden. No, Sally Bowles ya existía cuando el novelista llegó a Berlín en 1930, y no era un personaje de ficción, sino un ser de carne y hueso, francamente excepcional: la actriz y bailarina Jean Iris Ross, que entonces sólo tenía diecinueve años.

Sin “la injusticia triunfante de la Historia” (Albert Camus, ¿Por qué España?), Ross sería muy conocida en nuestro país, al que acabaría ligada por motivos políticos y sentimentales de peso. Es la valiente reportera de Constancia de la Mora en Doble esplendor (1944), la corresponsal del Daily Express y el Daily Worker que siempre estaba en el frente, jugándose la vida bajo las bombas; una precursora en muchos sentidos, empezando por el feminismo de clase y, en clave más personal –por si alguien quiere tirar del hilo– la pareja de dos autores bastante relevantes: el periodista y miembro de las Brigadas Internacionales Claud Cockburn y, según John Sommerfield (The Imprinted, donde Ross aparece como Jane Reynolds), del poeta John Cornford, fallecido en combate cerca de Córdoba. Pero el día que Isherwood borró la imaginaria línea entre ficción y realidad, ella no era aún esa mujer.

En aquella época, Ross intentaba abrirse camino en el cine y las tablas (llegó a trabajar con Max Reinhard en Los cuentos de Hoffmann y Peer Gynt) mientras sobrevivía como cantante en bares de lesbianas y locales de mala muerte, que no se parecían nada al Kit Kat Klub. “La narración de Chris estaba muy, muy alejada de lo que realmente pasó”, aunque fuera cierto que “todos nosotros nos oponíamos radicalmente a las normas burguesas de la generación de nuestros padres –dijo una vez–. Por eso nos fuimos a Berlín. El ambiente era más libre” (Divine Decadence, de Linda Mizejewski); o, por lo menos, lo fue hasta que los nazis destruyeron la República de Weimar y, de paso, los cabarets de Jean Ross, sin duda más cercanos a las lecturas de Bertolt Brecht y Kurt Weill, incluso en términos económicos: “Ni Christopher ni yo nos podríamos haber permitido una sola copa o comida” en el club del famoso musical, puntualizó el escritor Stephen Spender, amigo de los dos (Life wasn’t a Cabaret, 1977).

El propio Isherwood reconoció en su autobiografía (Christopher and His Kind, 1976) que Auden y él no habían ido a Alemania porque estuvieran cansados de Gran Bretaña o les interesaran determinados procesos sociales, sino porque “Berlín significaba chicos” y era uno de los pocos sitios donde podían ser homosexuales sin acabar entre rejas. Como cabía esperar, el novelista quedó intelectualmente prendado de una mujer tan libre como Ross, que vivía su sexualidad sin miedo y, para disgusto de esta, tomó el apellido de otro de sus colegas profesionales –un tal Paul– y la convirtió en Sally Bowles, eliminando su ideología y enfatizando su no del todo falso aspecto de femme fatal. Había nacido un mito, y el mundo tardaría en descubrir que ese mito era una militante comunista comprensiblemente enojada por la confusión de persona y personaje, que la perseguiría toda la vida, por buenas que fueran las intenciones de Isherwood y el valor artístico de las sucesivas adaptaciones de su obra.

Décadas más tarde, cada vez que los periodistas querían conocer a “la verdadera Sally Bowles” –escribió su hija, la escritora Sarah Caudwell– seguían empeñados “en hablar de sexo”, algo que Ross toleraba a regañadientes y con una ironía no exenta de irritación, como demuestran sus palabras: “Dicen que quieren saber sobre el Berlín de los años treinta, pero no quieren saber nada del desempleo, de la pobreza o de los nazis marchando por las calles. Sólo quieren saber con cuántos hombres me acosté”. Sin embargo, eso no significa que Ross se arrepintiera en modo alguno de sus años juveniles o rechazara la influencia liberadora de la cantante ficticia, que por cierto debe mucho a la Marlene Dietrich de El ángel azul, de Joseph von Sternberg. A veces, las simplificaciones literarias tienen tanto recorrido que, al final, cuentan la verdad que habían mutilado y añaden contexto.

Entre las anécdotas del rodaje de Cabaret, hay una relativamente menor que lo ilustra. Bob Fosse tuvo problemas para encontrar la ambientación que necesitaba, y se vio obligado a pedir ayuda a su esposa, la gran bailarina y coreógrafa Gwen Verdon, quien desde luego merecería un artículo aparte. Había dificultades hasta con el vestuario, y Verdon las superó por el procedimiento de recorrerse los mercadillos y tiendas de medio París en busca de lo que nadie localizaba en la Alemania Federal, porque sus dirigentes habían eliminado hasta el último vestigio de la época, empezando por los corsés y los ligueros: “Pedí ropa real de los 30, sensual, sin sostén –declaró Liza Minnelli al Daily News en 1971–. Dije: que parezca de antes de la guerra, y todos los alemanes dijeron: ¿Qué guerra?”, como si el Tercer Reich y su víctima necesaria, la República de Weimar, no hubieran existido jamás.

Sin pretenderlo, Fosse destapó el foso político que había tapado Isherwood; sin pretenderlo, Isherwood impidió que el tradicional anticomunismo británico borrara a la persona que se ocultaba bajo Sally Bowles y, por el simple paso del tiempo, un personaje descargado a propósito de elementos subversivos pasó a ser “una especie de pionera de la mujer emancipada” (Caudwell, Reply to Berlin). Si aún viviera, es posible que Jane Iris Ross cambiara parcialmente de opinión en lo tocante a la novela de su antiguo amigo; a fin de cuentas, las palabras tienen vida propia y, cuando hay verdad en su canción de fondo, el cabaret rescata la vida real.

01 Junio 2025, 08:15

La librera de Asturias que abrió la primera y única habitación propia para autoras para que no sean la excepción

Mónica Iglesias abrió 'La habitación propia' en Gijón para crear un espacio con “filosofía feminista”

Si Mónica Iglesias cierra los ojos y se imagina un lugar en el mundo en el que estar a gusto, en su cabeza aparece uno muy parecido al suyo. Mónica abrió en el año 2018, en Gijón, una librería especializada en literatura femenina, la única de Asturias, y en la que ha creado algo que va mucho más allá de un negocio de libros: La habitación propia. Y esta habitación, cuyo nombre es un claro guiño a la obra de Virginia Woolf, es también ese espacio que todas las mujeres necesitan para poder encontrarse con ellas mismas: un lugar seguro, con miles de libros colocados en estanterías blancas con apliques de luz tenue, con sillones tapizados en telas estampadas, máquinas de escribir, un hilo musical que suena de fondo y que no molesta, con una barra pequeña en la que se sirven cafés, tés o vinos. Un espacio amplio, donde hay tertulias y se habla de la vida y de las mujeres, donde se hacen los silencios y se respetan, porque también forman parte de la vida, y donde, en muchos de los libros de esas autoras en las que casi nadie repara, otras mujeres se sienten reflejadas.

Una librería con “filosofía feminista” y con un encanto tremendo, donde se pretende empezar a dar la vuelta a la historia, esa que siempre ha relegado las obras de las mujeres al espacio más pequeño.

“Si miramos los títulos de una editorial generalista, hay un ochenta por ciento de obras escritas por hombres frente al veinte por ciento que son de autoras. Las grandes autoras de la historia no están representadas.” Salvo en la “habitación” de Mónica, donde todo el espacio es para ellas.

Mónica Iglesias se recuerda leyendo desde pequeña. Leyendo y comprometida, siempre ha crecido vinculada al movimiento feminista, y le reconforta ver cómo por su “habitación” pasan mujeres de todas las generaciones, y también algunos hombres.

“Siempre digo que es importante que los hombres nos lean para que puedan entendernos. No puedes comprender nada de la historia del mundo sin leer las obras de las mujeres.” Y justo en ese instante, un señor de mediana edad entra en la librería y se acerca a la barra. Pide un vino. Es la una y media de la tarde de un día de semana en Gijón, y es un cliente habitual. Las cosas van cambiando.

Las manos de Mónica no paran, son inquietas. Coge un libro, otro. Hace un café, sirve un té kombucha, acaricia a su perro, recoge un pedido que llega… y matiza un dato importante, que le hace abrir los ojos enormes detrás de sus gafas, que reposan serenas, formando parte de su cara dulce.

“A las mujeres autoras te las ponían como ejemplo de excepciones.” Hubo un día en que, mirando las estanterías de su casa, cuando todavía vivía en Avilés, se percató de que no podía citar ni veinte autoras seguidas y que, en su colección de libros, sólo había tres mujeres autoras.

Mónica Iglesias
Mónica Iglesias

“Tenía todos los clásicos franceses, los ingleses, y me faltaban autoras.” Fue la primera señal para darle un giro radical a su vida: el día que se le despertó la idea de montar una librería en femenino. A los meses lo hizo realidad en Gijón y gracias, en parte, al apoyo de otra mujer: Gloria, bibliotecaria de Avilés. Mujeres apoyando a otras mujeres en sus proyectos; el feminismo desde la base.

“Esto es un universo propio, donde los libros van por otro lado, diferente al del resto de las librerías. En realidad, siento que se me queda pequeño el espacio”, concreta, para hacer un apunte importante a quienes le preguntan el motivo por el que en sus estanterías no hay libros de autores.

“A nadie le preguntan por qué no vende fruta en una carnicería. Esto es una librería de autoras.”

En los siete años de andadura de la librería, Mónica ha pasado por muy diferentes emociones. Primero, la emoción y el subidón de cuando se le vino la idea a la cabeza y el proyecto empezó a tomar forma; después, vino la soledad del primer año, lo complicado de arrancar un negocio tan especial y concreto.

“Pasaba días sin ver a nadie”, explica. Más tarde, la calma y la serenidad: ver las cosas asentarse, ver la gente que ha ido entrando por curiosidad, los que han venido para quedarse y las caras nuevas.

“Leemos diferente, pero seguimos leyendo. Ahora la gente joven te lee unas sagas tremendas, pero es cierto que la gente se acerca a conocer la librería, a buscar títulos o a dejarse asesorar para buscar un regalo. Viene gente de 16 años, y eso me hace especial ilusión. Luego hemos creado una comunidad preciosa y un club de lectura donde la media es de treinta años. Tenemos una clientela muy especial”, relata. Y, unos metros más atrás, una estudiante lee y escribe en su ordenador, con una media sonrisa y con Typh Barrow sonando de fondo.

Es Gijón, pero podría ser cualquier lugar del mundo.

Mónica Iglesias en 'La habitación propia'
Mónica Iglesias en 'La habitación propia'

Mónica Iglesias siempre ha sido una gran lectora, y en esos libros ha encontrado ella “el sentido universal de la vida. Con la lectura te das cuenta de que tus experiencias no son tuyas, le ocurren a más gente. Leer te da una capacidad de crítica y de tolerancia inmensa y te permite viajar, que puede parecer un tópico, pero con la lectura te acercas a lugares y a cosas a los que no podrías acceder de otra forma. Leer autoras es, para las mujeres, como verse en un espejo”.

Cientos de escritoras llenan las estanterías de la “habitación” de Mónica y vacían las ideas instauradas, esas que asocian de mano a las autoras con el amor romántico o con “arquetipos que no existen”, porque en realidad los prototipos clásicos son cosas de hombres: Madame Bovary o La Regenta son libros de autores. Para muestra, Lolita, de Nabokov, un libro en el que “se han dulcificado los maltratos, donde la protagonista es víctima de un abuso”, señala Mónica.

En los libros de esta habitación se inicia un cambio de mirada que necesita la sociedad, y se demuestra que las autoras han sido y son grandes, inmensas. Mujeres que, como Mónica, no tuvieron miedo a escribir sobre la realidad: el maltrato, el mito de la belleza, los abusos, la maternidad… Mujeres que escriben sobre la vida de mujeres, relatos de verdad. Desmitificando ideas de otros tiempos, en los que Rousseau defendía que “las niñas no debían recibir educación”.

Autoras que necesitaban de la valentía de personas como Mónica, una mujer capaz de dedicarles una librería entera y de sacarlas de todos los armarios, para dedicarles todas las estanterías.

01 Junio 2025, 08:15

Hibridación ligera y tracción total, los nuevos activos del Jeep Avenger

Conducimos las versiones ‘mild hybrid’ tanto de tracción delantera como a las cuatro ruedas, una destacable por su consumo y la otra por su buen desempeño fuera de carretera

El Avenger está siendo el auténtico salvador de Jeep gracias a cifras de ventas que se acercan a las 80.000 unidades en Europa y superan las 6.300 en España, donde la mitad de todas las matrículas de la marca se deben a él. Ahora, su buen hacer comercial tiene todo el aspecto de que aún puede mejorar con la incorporación de dos tecnologías: la hibridación ligera, que le da acceso a la etiqueta Eco de la DGT, y la tracción total, que muchos consideran imprescindible en cualquier Jeep.

Como ya hemos explicado aquí en varias ocasiones, el sistema mild hybrid de 48 voltios de Stellantis -grupo al que pertenece Jeep- se compone de un motor de gasolina de 1,2 litros y otro eléctrico de 21 kW que suman en este caso 110 caballos (hay otra variante de 145 CV) y se alojan en el eje delantero. Este segundo motor está integrado en la transmisión automática, lo cual permite que el vehículo se desplace en modo totalmente eléctrico a bajas velocidades.

El Avenger de tracción a las cuatro ruedas, o 4xe, añade al sistema un segundo propulsor eléctrico idéntico en el eje trasero y dispone de una potencia conjunta de 145 caballos, además de la referida tracción total.

La versión de cuatro ruedas motrices permite incursiones por campo con garantías.
La versión de cuatro ruedas motrices permite incursiones por campo con garantías.

Con respecto a la versión de dos ruedas motrices, el Avenger 4xe presenta mejores ángulos característicos para abordar excursiones por campo; la altura libre al suelo pasa de 200 a 210 milímetros y la capacidad de vadeo mejora muy especialmente, de 230 a 400 mm. A los modos de conducción habituales añade además otros específicos para enfrentarse a barro, arena o nieve.

El 4xe cuenta también con un mecanismo reductor acoplado al motor eléctrico trasero que es capaz de generar 1.900 Nm de par en ese eje posterior, pues multiplica los 88 Nm a disposición en condiciones normales por 22,7. De este modo, el coche puede superar pendientes del 40% en grava y del 20% cuando el agarre del eje delantero es nulo.

Hemos sido testigos de este gran desempeño durante una jornada de pruebas organizada por Jeep en una finca a las afueras de Madrid, donde el Avenger 4xe ha salido airoso de vadeos de cierta profundidad, descensos muy pronunciados, cruces de puentes y demás circunstancias donde un vehículo de tracción delantera quedaría encallado casi con toda seguridad.

La capacidad de vadeo del 4xe mejora en mucho a la del Avenger convencional.
La capacidad de vadeo del 4xe mejora en mucho a la del Avenger convencional.

A fin de afrontar estas aventuras con garantías, el modelo incorpora cubrecárter metálico, parachoques antiarañazos y llantas negras de 17 pulgadas (pequeñas según los estándares actuales) sobre las que se montan neumáticos M+S aptos para barro y nieve. A ello se agregan, a medio camino entre lo funcional y lo decorativo, las barras de techo longitudinales y el nuevo skid plate trasero -una protección de la parte inferior de la zaga en color plata-, además del gancho de remolque.

En el interior, el coche luce un acabado general negro, asientos específicos offroad -impermeables y más duraderos, informa la marca- y detalles propios de esta versión como la mención 4xe tanto en el extremo derecho del salpicadero como en la cubierta plegable de la consola central, similar a la que solemos utilizar para proteger una tablet.

El Avenger de Jeep está a la venta desde 25.400 euros con motor de gasolina convencional de 100 CV, y las versiones mild hybrid parten de 27.400. En cuanto al 4xe, se ofrece en acabados Upland, Overland y The North Face Edition -este limitado a 4.806 unidades en alusión a la altura, en metros, del pico más elevado de Europa, el Mont Blanc-, con precios comprendidos entre 30.800 y 36.400 euros. También existe una variante enteramente eléctrica, disponible desde 36.570 euros.

Aspecto del Avenger de hibridación ligera y tracción delantera.
Aspecto del Avenger de hibridación ligera y tracción delantera.

Al volante del e-Hybrid

La casualidad ha querido que la presentación del Avenger 4xe coincidiera prácticamente en el tiempo con una prueba que estábamos realizando de la versión mild hybrid de tracción delantera, conocida comercialmente como e-Hybrid. Entendemos que Jeep ha optado en este caso por la configuración de 110 CV del sistema de Stellantis, en lugar de la de 145, para que el cliente la distinga claramente de la de cuatro ruedas motrices, que desarrolla la misma potencia. 

La sensación que nos ha dejado el vehículo es agridulce, pero no tanto porque 110 CV sean escasos para un peso total de unos 1.300 kilos, sino por unos modos de conducción que no son seguramente los más afortunados. En el denominado Eco, el Avenger resulta lento en exceso, de tal modo que hemos preferido no usarlo casi en ninguna circunstancia. Incluso el programa Normal nos parece moroso, aunque al menos es utilizable en conducción muy relajada.

Así las cosas, nos hemos encontrado recurriendo al modo Sport en condiciones en las que jamás lo haríamos solo por obtener una respuesta lo bastante briosa como para seguir el ritmo -frenético, todo hay que decirlo- del tráfico de Madrid y sus alrededores. La cuestión es que de esta manera el benjamín de Jeep sí se muestra al menos fluido, no digamos ya veloz.

Puesto de conducción del Jeep Avenger e-Hybrid.
Puesto de conducción del Jeep Avenger e-Hybrid.

Lo mejor es que, incluso en este modo Sport, el consumo del coche se mantiene en niveles muy bajos, por debajo de los 5,5 litros cada 100 kilómetros como promedio. Este registro es muy semejante al que obtuvimos con el Lancia Ypsilon Ibrida, más ligero y aerodinámico que este Avenger e-Hybrid, y rebaja en medio litro aproximadamente el que ofrecen los mild hybrid de 145 CV, por ejemplo un Peugeot 3008 Hybrid o un Alfa Romeo Junior Ibrida.

Aunque la prueba del 4xe discurrió sobre todo por caminos dentro de una finca privada y apenas por carretera, lo que no nos permitió obtener cifras de consumo fiables, no nos equivocaremos mucho si aventuramos que rondará también los 6 litros/100 km. En ciclo de homologación WLTP, el e-Hybrid acredita 5 litros, por 5,4 de su hermano de tracción integral.

01 Junio 2025, 08:15

¿Mafia o democracia?

Mira todas las tiras de Manel Fontdevila y Bernardo Vergara

01 Junio 2025, 08:15

Ángeles Huerta, directora del filme sobre Castelao que triunfa en taquilla: “El cine no está para informar, sino para conmover”

'Antes de nós', rodada en gallego, ofrece un retrato intimista del dibujante, escritor y padre del nacionalismo gallego moderno y en su primer fin de semana en salas se ha colocado entre las películas más vistas en los cines españoles

Las mil caras del poliédrico Castelao, artista y fundador del nacionalismo gallego moderno

El Castelao de la cineasta Ángeles Huerta no es el mito regulador del nacionalismo gallego moderno. Tampoco el popular y lúcido dibujante que trazó el retrato colectivo de cierta Galicia. Ni el galleguista republicano, infatigable demócrata, que resistió al fascismo y murió en el exilio. El Castelao de la cineasta Ángeles Huerta era un funcionario en Pontevedra cuya relación de pareja con Virxinia Pereira atravesaba una crisis profunda cuando regresó a su Rianxo natal: la epidemia de gripe de 1918 lo obligó a retomar su inicial profesión de médico. A partir de este episodio, no tan conocido como otros de la intensa vida del autor de Sempre en Galiza, Huerta ha realizado uno de los más improbables éxitos de taquilla del cine actual, Antes de nós [Antes de nosotros]. “El cine no está para enseñar ni para informar”, defiende la directora, “está para conmover y provocar una iluminación, una epifanía, en el espectador, que le pueda servir para conocerse”.

Huerta (Xixón, Asturies, 1974) llegó por encargo a su tercer largometraje. La productora Zaza Ceballos le habló de un guión de Pepe Coira sobre Castelao. “Acepté. Fue una manera de seguir haciendo cine sin tener que mover cinco toneladas de peso y tardar otros cinco años”, relata en conversación con elDiario.es. Sus dos obras anteriores, el emotivo ensayo documental sobre la memoria y la ciudad Esquece Monelos (2016) y la ficción O corpo aberto (2022), a partir de un relato de Méndez Ferrín, las había escrito ella misma. También se había involucrado en la producción. Esta vez no, aunque la versión final del libreto la trabajó mano a mano con Coira. Y resultó en un cuadro intimista, de caligrafía por momentos clásica, que dibuja un Castelao (Rianxo, Galicia, 1886 – Buenos Aires, Argentina, 1950) humanista, que se equivoca, duda, rectifica y se enfrenta a la muerte. A la que causa la pandemia del 18, pero también a la de su propio hijo, Chuchiño, en 1928.

La cineasta remite a su propia biografía para explicar el tono de la película. “Antes de nós trata de la pérdida, de la gestión de la pérdida y de su superación. De lo que hacemos entonces con ese amor que nos sobra”, afirma, “yo acababa de perder a mi madre. Estaba inmersa en un período de duelo muy heavy. Hacer la película se convirtió en parte del duelo y el compañeiro Daniel [manera de referirse a Castelao habitual entre sus simpatizantes políticos] también”. La cinta es triste, pero también abre una puerta a la luz del final del túnel. Si en 1918 Castelao llega a Rianxo y deja atrás la vida de oficinista y casino y una amante y choca con la presencia absoluta de la enfermedad, en 1928 –el otro eje temporal del filme– muere su único hijo. Al año siguiente, él y su pareja viajan a Bretaña y consiguen reconstruir su vida en común. “La reconducen hacia un nuevo proyecto de amor, pero esta vez colectivo, la causa de la emancipación de Galicia”, considera Huerta. Aunque Castelao ya había formado parte de las Irmandades da Fala –organización pionera del nacionalismo gallego– y del núcleo que alumbró la revista Nós, fue en los años 30 cuando su compromiso político adquirió una nueva dimensión: participó en la fundación del Partido Galeguista y fue diputado en las Cortes republicanas. Su defensa de la legitimidad democrática le valió persecución y destierro tras la Guerra Civil. Pero toda esta peripecia, esperanzada y terrible, queda más allá de Antes de nós, que la recoge únicamente en potencia.

La cineasta Ángeles Huerta durante el rodaje de 'Antes de nós'
La cineasta Ángeles Huerta durante el rodaje de 'Antes de nós'

“Si es de alguien es de los antifascistas”

“Por más que, como ciudadana, me interesase Castelao, los miedos a abordar un personaje así existían”, argumenta, “aunque aparecieron después, una vez terminado el trabajo. Durante el rapto creativo, abracé la película como había abrazado las anteriores”. El debate sobre el legado y la posición de Castelao resulta periódico en Galicia. Huerta es, obviamente, consciente. “Hay cierta deificación y una discusión sobre a quién pertenece Castelao, todo el mundo lo reivindica”, asegura, “para empezar, Castelao no es de nadie, es de sí mismo. Pero sí es de alguien es de los antifascistas, lo tengo muy claro. Y antifascista es lo mismo que demócrata, quien no entienda esto tiene un problema”. En Antes de nós, construida a partir de un laborioso y escogido proceso de documentación en que las cartas de Virxinia Pereira y la biografía que sobre ella escribió Montse Fajardo ocupan lugar principal, presenta además el rostro del actor Xoán Fórneas. Cristina Iglesias interpreta a Pereira, y en papeles secundarios aparecen Manuel Cortés, Nancho Novo o el niño Aldám Santos.

“Lo complicado fue dar con el punto dramático. Me encanta el drama, pero creo que en la película también hay un poso de pasión y arrebato que tiene que ver con el animal de la directora”, expone, “en todo caso, el cine siempre es ficción. Y el documental es más ficción que ningún otro cine”. La realidad no siempre es lo mismo que la verdad, considera Huerta: “Me interesan no tanto los hechos como las verdades éticas profundas”. Antes de nós parte de unos cuantos acontecimientos históricos –la amante de Castelao, la epidemia de gripe, la pérdida del hijo– para dibujar un recorrido emocional entre la muerte y la redención. Que no afecta sólo a los individuos. Y que contiene algunos homenajes cinematográficos. “Pepe [Coira] siempre dice que Castelao es nuestro Lincoln, respetado por todos, y la película de John Ford El joven Lincoln (1939) fue uno de los referentes con los que, desde la humildad, trabajamos”, revela. Esta querencia fordiana incluye además alguna paráfrasis visual a Centauros del desierto (1956). Pero, añade Huerta, el “qué haría Castelao si fuese cineasta” fue una de sus divisas durante en el rodaje: “Al fin y al cabo, hablamos de un renovador del arte gallego. Me interesa mucho como representa los cuerpos en sus dibujos”. Castelao no fue cineasta, cierto, aunque sí aparece en Miss Ledya, filme mudo de 1916 dirigido por José Gil, en un cameo vestido de pastor protestante.

Entre las más vistas de la semana

El caso es que Antes de nós, filmada en gallego, estrenada en el último Festival de Cans y en 17 salas el 23 de mayo, se ha convertido en el más inesperado éxito de taquilla de la temporada. Inesperado en primer lugar para la propia Ángeles Huerta: “Después de O corpo aberto, que pensaba era un filme dirigido a un público amplio y no funcionó, no esperaba nada, la verdad”. Distribuida por Atalante, según los datos del Ministerio de Cultura, Antes de nós acabó su primer fin de semana en el top 14 del Estado español –cuarta entre las películas de producción española– y en tercera posición en espectadores por copia, 178, superada solo por Lilo & Stitch y Misión imposible. Esta media la coloca, indica Atalante, como tercera de la serie histórica de películas gallegas, tras O que arde (2019), de Oliver Laxe, y A Esmorga (2014), de Ignacio Vilar.

01 Junio 2025, 08:15
El Banco de España de Escrivá ha terminado abrazando esta semana lo que el presidente del Gobierno atribuía solo a Guindos, pese a lo que avisó la presidenta del BCE Leer
01 Junio 2025, 08:15
El asturiano, décimo en la parrilla, deberá contener a Albon y Lawson, mientras Sainz también confía en puntuar, pese a partir antepenúltimo. Leer
01 Junio 2025, 08:15
La policía tuvo que intervenir en varios puntos de la ciudad por incidentes con aficinados del PSG Leer
01 Junio 2025, 08:15
Así alcanzó la máxima repercusión en 24 horas el bulo sobre una supuesta amenaza de poner "una bomba lapa" a Pedro Sánchez Leer
01 Junio 2025, 08:15
Esta sombrilla de gran tamaño, idónea para dos personas, incluye un mástil inclinable, una estructura sólida, bloquea los rayos UV y se vende en varios colores
01 Junio 2025, 08:15
La especialista Paula Fabero nos explica las necesidades de las pieles maduras y comparte los pasos esenciales para una limpieza adecuada
01 Junio 2025, 08:15
La Costa del Sol suma diversos tiroteos a lo largo del año tras el nuevo del paseo de Rey de España aunque las autoridades niegan un repunte de la criminalidad Leer
01 Junio 2025, 08:15
La cascada de agua cuenta con luces LED multicolor, se enciende mediante un generador hidroeléctrico y es compatible con modelos de piscinas Intex
01 Junio 2025, 08:15
Probamos cuatro modelos que aplican vapor de agua al ambiente y cuentan con otras funciones interesantes, como antimosquitos o aromaterapia
01 Junio 2025, 08:15
Esta esterilla de poliuretano se coloca dentro del frigorífico y permite que los alimentos aguanten frescos más tiempo
31 Puede 2025, 18:15

Barcelona, ciudad sin niños: en el 80% de casas no vive ningún menor de 15 años

La capital catalana alcanza su récord de residentes en los últimos 40 años con 1,7 millones de personas

Uno de cada cuatro barceloneses tiene por primera vez nacionalidad extranjera, un 10,4% más que en 2023

La ciudad de Barcelona ha registrado su récord de residentes en los últimos 40 años con 1.732.066 personas a 1 de enero de 2025, según el Padrón Municipal de Habitantes. El crecimiento está relacionado con la migración más que con los nacimientos: la natalidad en la capital catalana ha caído por octavo año consecutivo y solo en el 21% de las casas vive un menor de 15 años.

Se mantiene así la tendencia al alza en número de habitantes desde 2015 que solo se interrumpió en 2021 debido a la pandemia: en los últimos tres años, por contra, la ciudad ha sumado 92.000 nuevos vecinos.

El crecimiento está relacionado con la inmigración, mientras que el saldo vegetativo se ha estabilizado entre nacimientos y defunciones, ha explicado el Ayuntamiento de Barcelona en un comunicado, informa Europa Press.

La población nacida en la ciudad representa ya solo el 45% del total de los barceloneses y los menores de 16 años retroceden levemente por debajo del 12% de la población. También se ha registrado un nuevo máximo de 1.104 personas centenarias.

Aunque la edad media de la ciudad se mantiene en torno a los 44 años, existen importantes diferencias en la edad media en función del lugar de nacimiento. Los habitantes con una edad media más elevada son los nacidos en el resto del Estado de forma clara, con 65,9 años, debido del descenso de recién llegados a la ciudad desde el resto de España.

Los nacidos en la ciudad tienen una edad media de 41,6 años, mientras que los que lo han hecho en el resto de la UE y también en el resto del mundo, se sitúan poco por encima de los 39 años.

Por grupos de edad, el peso de la población infantil (menores de 16 años) cae por debajo del 12% de los habitantes por primera vez desde que existen registros, aunque el pequeño repunte de la natalidad en los años anteriores a 2010 ha contenido su descenso relativo.

También en los últimos años se estabiliza el peso relativo del colectivo de personas mayores, en un contexto de llegada de flujos migratorios de jóvenes y adultos que ha contribuido a ensanchar la parte central de la pirámide de edades.

Prosigue el declive de la población autóctona empezado en 2019, cuando por primera vez el número de empadronados no nacidos en la ciudad fue superior al de los nacidos en la ciudad: este año la población autóctona es el 45%.

A 1 de enero de 2025 había 612.529 nacidos en el extranjero empadronados en Barcelona: el 53,8% (329.238 personas) del continente americano, de las cuales unas 50.000 eran argentinas.

El resto de países de origen más numerosos son, por este orden: Colombia, Perú, Venezuela, Pakistán, Marruecos, Ecuador, Italia y Honduras y China. Con un incremento del 5,7%, el número de personas empadronadas de nacionalidad extranjera se acerca a 460.000, un 26,4% del total de la población.

La población extranjera es relativamente joven en comparación con la española y muestra una estructura por sexo relativamente equilibrada, con una ligera mayoría de varones que varía según la nacionalidad.

31 Puede 2025, 18:15

La catedral de la electrónica inaugurada por Will Smith en Ibiza: locura colectiva a más de 100 euros la noche

Las doce horas del opening de [UNVRS] producen retenciones en la carretera principal de la isla, en una noche donde el club más grande del ocio ibicenco se llena con 7.000 personas que pagan bebidas a más de 25 euros

Un pastel millonario repartido entre pocas manos: la guerra sibilina entre las discotecas de Ibiza

Son las once de la noche. El Mini Cooper tiene el morro despanzurrado y está en contradirección. Junto al coche, sirenas azules de la Guardia Civil. El golpe ha debido ser grande y provoca un atasco que intenta resolverse luchando contra el crono. El tiempo apremia. La carretera principal de Eivissa está cortada en sentido oeste y en el punto que, esta noche (y las que vendrán hasta octubre), más quema de la isla: la rotonda de acceso a una discoteca con capacidad para 7.000 personas que acaba de abrir sus puertas. 

Desde que el conductor pisó el freno, el autobús preside el atasco. A su espalda hay decenas de vehículos y en su lateral se lee un mensaje con letras blancas y gigantes: Welcome to [UNVRS]. Como si fuera la última acción publicitaria de una apertura que lleva promocionándose –en redes sociales, vallas estáticas, paredes de aeropuerto, las puertas de los taxis– desde que Will Smith viralizó un vídeo en el que perseguía ovnis en el cielo ibicenco. En aquel anuncio disfrazado de cortometraje, el Agente J de Men In Black terminaba trepando hasta una azotea redondeada por una cúpula descubierta. Allí resolvía el misterio dándole la mano a Yann Pissenem, el hombre detrás de la idea de volver a poner en funcionamiento la discoteca más grande de la isla. Ha pasado un año, el gran momento llegó.

Es medianoche. Resucita un recinto gigantesco, con proporciones de hangar. La música suena desde hace sesenta minutos. La prendió Carista, una deejay –holandesa de Utrecht, con sangre de Surinam– que tiene 42.000 seguidores en Instagram. Una minucia al lado de los más de 2 millones de personas que siguen a Carl Cox –británico de Oldham, con sangre de Barbados–: este veterano se encargará de cerrar la fiesta cuando ya sea de día y el reloj marque las nueve de la mañana. Hay simbolismo, y no sólo porque Carl Cox sea probablemente el deejay más respetado y esperado del mundo. Tiene 63 años, infinitos éxitos en su lista de reproducción tras cuatro décadas pinchando. Y, pese a todo, cuenta con el favor de lo novedoso: en la isla hacía casi una década que no protagonizaba una fiesta semanal durante todo el verano. Hay algo más, sin embargo. Algo que trasciende a los humanos. El lugar donde reaparece el deejay británico, de alguna forma, la electrónica se convirtió en el ritmo que debía sonar cuando se organizara una macrofiesta en Eivissa. El más seguido, el más rentable. El más poderoso.

Bailarinas en un escaparate donde se invitaba a los 'clubbers' a entrar para fotografiarse con ellas.
Bailarinas en un escaparate donde se invitaba a los 'clubbers' a entrar para fotografiarse con ellas.

Ku, la discoteca más grande del mundo

Ocurrió en los ochenta, cuando se llamaba Ku, que presumía de tener Guinness a la discoteca más grande del mundo. Desde los noventa hasta la pandemia, fue Privilege. Ahora, su nombre, que es un acrónimo, se pronuncia universe. Las notas de prensa que han enviado durante los últimos meses desde un negocio que no parece tener abuela lo subrayan con esmero. Y también especifican que en esta catedral de la electrónica todo será “legendario”, “revolucionario”, “visionario”. Los porqués de este punto y aparte quedan sin especificar. Hay opacidad. A los medios acreditados no se les permite hacer fotos, conseguir una entrevista con alguno de sus responsables resulta una quimera, acercarse a las áreas exclusivas de la discoteca. La discoteca es hija de su tiempo. De un tiempo turbocapitalista. Resulta sencillo imaginarse a Elon Musk aparcando su Tesla en el aparcamiento más privado de la discoteca y deslizándose hasta la terraza de los privilegiados: The Catacomb, la catacumba. 

Julio Iglesias, que se encontraba en Eivissa donde fijó su residencia durante su gira por Europa, saluda a Abel Matutes en la discoteca Ku. Año 1988.
Julio Iglesias, que se encontraba en Eivissa donde fijó su residencia durante su gira por Europa, saluda a Abel Matutes en la discoteca Ku. Año 1988.
La cantante Rocío Jurado actúa durante el certamen "Lady España" 1989, celebrado en la discoteca Ku de Eivissa.
La cantante Rocío Jurado actúa durante el certamen "Lady España" 1989, celebrado en la discoteca Ku de Eivissa.

Es la una de la madrugada. La pista, que en su inmensidad se veía desangelada, se convierte en un hormiguero. Las entradas más baratas (100 euros) no permiten entrar más tarde. El público se apiña, saca móviles del bolsillo, enciende linternas, mezcla sus luces con los haces, potentísimos, que les iluminan desde el techo. Se viene un subidón, uno de los primeros de estas doce horas de fiesta. A casi cien metros de distancia de la mesa del deejay, y a unos veinte metros por encima, una docena de chicos (ingenieros y técnicos de sonido, muy jóvenes) le dan un empujón a la música para elevar el volumen. Locura colectiva. 

La pista se convierte en un hormiguero a la una de la madrugada. Las entradas más baratas (100 euros) no permiten entrar más tarde. Locura colectiva

La pista, a rebosar, en uno de los momentos culminantes de la madrugada.
La pista, a rebosar, en uno de los momentos culminantes de la madrugada.

Cifras de negocio estratosféricas

Los promotores insisten. Según su relato, [UNVRS] marcará un antes y un después en la electrónica ibicenca, un sector que se reivindica el poder de generar un tercio del PIB de la isla, un sector que tiene el poder de dictar leyes y modificarlas. Sólo se puede intuir que los números que puedan trascender marearían incluso en ambientes no asalariados. Unas horas bastaron para vender todos los códigos QR que daban acceso a la puesta de largo. Se despacharon miles de entradas a 140 euros, y otra cantidad, imposible de determinar, a 500: las pulseras que sientan al cliente en una mesa VIP. La hiperfacturación es fundamental.

Un transatlántico sólo es rentable si carga todo el pasaje que puede llevar a bordo, sobre todo si los oficiales de la tripulación tienen cachés estratosféricos. Para arrancar, la discoteca más grande de Eivissa hizo saltar la banca. No parece casualidad que su dueño tenga negocios en Dubái. Como si fuera un club de fútbol financiado con petrodólares, se acercó a la más cercana y fichó a golpe de talonario dos fiestas (Paradise: Sand of Solaris de Jamie Jones y Elrow) que serán masivas. Convencer a Carl Cox para que regrese al ruedo también ha sido otro gol por la escuadra: se lo ha marcado a Pepe Roselló. Pissenem se sentó en su trono cuando creó Hï, la misma discoteca que había sido la Space de Roselló, y ahora contrata a un mito que se hizo grande, precisamente, trabajando en el negocio de Roselló, el único ibicenco de nacimiento que llegó a jugar en las grandes ligas de la electrónica.

Unas horas bastaron para vender todos los códigos QR que daban acceso a la puesta de largo. Se despacharon miles de entradas a 140 euros, y otra cantidad, imposible de determinar, a 500: las pulseras que sientan al cliente en una mesa VIP. La hiperfacturación es fundamental

Son las dos de la madrugada. Ya no cabe un alfiler en la pista. Fauna extranjera, pero también muchísimo autóctono. Jóvenes estrenando la mayoría de edad y personajes que, por cuestiones biológicas, podrían tener nietos. Se forman colas en las barras, pero las camareras son un metrónomo a tempo veloce. La inmensa mayoría, mujeres de tez blanca transitando por la veintena (el reverso de lo que sucedía en el aparcamiento, donde la inmensa mayoría de los aparcacoches eran hombres de tez negra). Con las pinzas con las que cogen hielo de la cubitera abren latas de bebidas energéticas. Marcan cifras en el datáfono. Agua a 15 euros, chupitos de hierbas dulces a 16, copas a 25, tequilas y mezcales reposados, un capricho que se va casi a los 50.  También, muy a menudo, extienden la mano para cobrar. Vuela el dinero en efectivo. Un chico saca del bolsillo un fajo de billetes. Entrega tres verdes, le devuelven uno rosa. Acaba de invitar a una ronda a sus colegas.

La primera fiesta de este negocio contó con un buen número de 'deejays' a los platos.
La primera fiesta de este negocio contó con un buen número de 'deejays' a los platos.

Agua a 15 euros, chupitos de hierbas dulces a 16, copas a 25, tequilas y mezcales reposados, un capricho que se va casi a los 50. Vuela el dinero en efectivo. Un chico saca del bolsillo un fajo de billetes. Entrega tres verdes, le devuelven uno rosa. Acaba de invitar a una ronda a sus colegas

La mayor discoteca de la isla

Bailan agarrados por la cintura, como si en vez de techno sonara una bachata. Ella lleva tatuajes en la espalda. Él, el pelo teñido de amarillo pollito. Él coge una mano de ella y se la lleva al mogollón. Mientras caminan miran la inmensidad del techo. El edificio impresiona. La Comissió d’Ordenació turística del Consell d’Eivissa aprobó un proyecto 8,2 millones para reformarlo. Otras fuentes indican que podría haber cuadruplicado esa cifra. Quedaba un mes para el opening y los cuatro niveles del aparcamiento (cada uno, del tamaño de un campo de fútbol) estaban dejando de ser la zona de guerra (hormigoneras, grúas, excavadoras, casetas de obra y cascos de obrero) del año largo anterior. Había que convertir los 6.500 metros cuadrados de un edificio decadente en una catedral brutalista (por dentro recuerda a la discoteca Fabric de Londres) y mediterránea (los muros están encalados, en teoría, para “homenajear a la arquitectura ibicenca”) moteada con detalles art déco. 

La reforma del edificio ha mantenido la cúpula descubierta que se construyó a principios de los noventa.
La reforma del edificio ha mantenido la cúpula descubierta que se construyó a principios de los noventa.

Son las tres de la madrugada. Las planchas de la hamburguesería que se ha instalado en el interior de la discoteca echan humo. Los estómagos más hambrientos las devoran. Hay que coger fuerzas para seguir una fiesta que acaba de comenzar. Las mesas, los asientos acolchados, el mostrador y las pantallas no dejan dudas: está usted en un dinner, pero la estética no puede ser más futurista. O retrofuturista. Porque todo parece remitir a Stanley Kubrich. Como si hubieran metido en una coctelera La naranja mecánica, Eyes Wide Shut, Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú? (el pellizco absurdo siempre se agradece en una farra) y, en una proporción mayor, 2001. Odisea en el espacio. Un pasillo de espejos que conecta las terrazas con la macropista. El paisaje lunar que aparece en muchos momentos en las pantallas que rodean ese rectángulo XXL. La caja transparente donde dos chicas altísimas que resplandecen –como si la estatuilla de los Oscar se hubiera caracterizado de Cleopatra: así podría definirse su aspecto– bailan esperando a quien quiera entrar a fotografiarse con ellas. El barullo del baño al que se entra cruzando una pequeña sala con una cabina en el centro donde se celebra una minifiesta paralela a la principal. La reproducción del ovni que, estrellado junto a la puerta principal, conecta a las filas, ya inmensas, de más gente que se une a la fiesta, con aquel anuncio del verano pasado. Esas filas no dejarán de crecer, y a las seis de la mañana, habrá que esperar dos horas para encontrar un taxi, y a las ocho y pico de la mañana, en pleno after causarán nuevos atascos, mucho más grandes que aquel de las once de la noche, y sin que haga falta una colisión. Simplemente, en la carretera principal de Eivissa no entran más vehículos si un monstruo del tamaño de [UNVRS] se pone a funcionar.

Un ovni, el símbolo de la discoteca, decora la entrada del local.
Un ovni, el símbolo de la discoteca, decora la entrada del local.

Desde el negocio explican que Will Smith no ha faltado al bautizo de la nueva criatura de Yann Pissenem. El Príncipe de Bel-Air acompaña al rey del ocio ibicenco en la que puede ser la culminación de su carrera en el show business. Hace quince años, este empresario parisino regentaba el bar de la playa de un hotel setentero. Aquel hotel setentero, cuando sus propietarios vieron cómo rentaban las fiestas que el inquilino organizaba sobre la arena, se convirtió en el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel. Una discoteca encubierta con legislación cómoda, y algo más: un cambio de paradigma: desde entonces, la fiesta se trasladó de la noche al día, modificando considerablemente los equilibrios turísticos de la isla. Así nació Ushuaïa Entertainment, una sociedad en la que Pissenem posee la mitad de las acciones y los propietarios de aquel hotel (que también lo son del resto de locales creados por el francés: entre todos trabajan 2.000 personas para atender a casi 20.000 clientes), la otra mitad. El apellido de estos socios lo conoce cualquier ibicenco y, gracias a su expansión hotelera a nivel internacional, cada vez es más conocido en muchos rincones del planeta: Matutes. La pregunta que muchos se hacen con el desembarco de [UNVRS] es la siguiente: ¿ahora volverá a ponerse de moda salir bajo la luz de la luna?

31 Puede 2025, 18:15

Esta ciudad extremeña es una de las más antiguas de España y sus murallas ocultan palacios, castillos y una catedral

Si buscas un destino diferente, tranquilo, lleno de cultura y con mucho que contar, apunta este nombre: Coria

Parece el Caribe, pero es Almería: la preciosa playa de aguas turquesa de nombre poco alentador

El pueblo español de 14 habitantes que está escondido entre un laberinto de rocas y a orillas de un río

Puede que no figure entre los destinos más mediáticos de España, pero Coria es, sin duda, una de esas ciudades que sorprenden a cada paso. Situada en el noroeste de la provincia de Cáceres, esta joya del Valle del Alagón presume de ser una de las ciudades más antiguas del país. Y lo mejor de todo, sigue conservando intacto el encanto de sus calles medievales, su muralla romana y una catedral que custodia uno de los objetos más enigmáticos del mundo cristiano.

Pasear por Coria es como perderse en un decorado medieval. El casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural en 1993, está repleto de palacios, conventos y casonas señoriales. Entre sus calles se encuentran edificaciones como el Palacio Episcopal, la cárcel real y conventos de los siglos XVI y XVII, que testimonian la riqueza patrimonial de la ciudad. Además, no hay que dejar de visitar la antigua judería, donde aún se conserva el trazado de sus callejuelas y se respira la historia sefardí de la ciudad.

Coria es uno de esos lugares que no necesitan grandes campañas para enamorar. Su autenticidad, su historia milenaria y el calor de su gente hacen que el viajero se sienta parte de ella. Aquí no encontrarás multitudes, pero sí silencios con siglos de historia. A veces, lo más antiguo es también lo más nuevo por descubrir.

Un viaje a través de más de dos mil años de historia

Los orígenes de Coria se remontan al siglo VII a.C., cuando los vetones se asentaron en la zona. Más tarde, con la llegada de los romanos, pasó a llamarse Caurium y recibió la ciudadanía romana. Desde entonces, visigodos, musulmanes y cristianos han dejado su huella en este enclave estratégico a orillas del río Alagón.

La muralla de Coria, construida entre los siglos III y IV, es uno de sus mayores tesoros. La construcción se extiende hasta más de un kilómetro de piedra que rodea el casco histórico, con 23 torres cuadradas y cuatro puertas que siguen en pie. Estas reciben el nombre de la Puerta de San Pedro, del Carmen, de la Guía y de San Francisco. Sin duda, caminar junto a ella es como abrir un libro de historia al aire libre.

La Catedral de Coria y el “Mantel de la Última Cena”

Imagen de la Catedral de Coria
Imagen de la Catedral de Coria

Uno de los mayores atractivos de Coria es su impresionante Catedral de Santa María de la Asunción. Levantada entre los siglos XV y XVIII sobre una antigua iglesia visigoda, esta joya combina el gótico tardío con elementos renacentistas y barrocos. Desde su imponente fachada hasta el interior repleto de detalles, todo invita a detenerse.

¿Sabías que aquí se guarda uno de los objetos más curiosos del mundo cristiano? Se trata del Sagrado Mantel de la Última Cena, una reliquia que, según la tradición, utilizó Jesús en su última comida con los apóstoles. Se conserva en el Museo Catedralicio, junto a piezas de arte sacro, orfebrería y documentos históricos.

Un castillo de película

Imagen del castillo de Coria
Imagen del castillo de Coria

Muy cerca de la catedral se encuentra el Castillo de Coria, mandado construir en el siglo XV por el duque de Alba sobre una fortaleza anterior. Aunque hoy no puede visitarse por dentro, su exterior es impresionante, sobre todo su torre del homenaje de planta pentagonal, única en la región. Desde sus alrededores se obtienen vistas espectaculares del valle del Alagón.

El castillo está en proceso de recuperación, y existen iniciativas locales para abrirlo al público. Si eres amante de la historia o simplemente disfrutas con las buenas panorámicas, no te lo puedes perder.

Qué hacer en Coria

Valle del Alagón
Valle del Alagón
  • Recorrer el paseo fluvial del Alagón: naturaleza y patrimonio se dan la mano en este paseo ideal para caminar, correr o montar en bicicleta. La ribera del río ofrece todo un recorrido entre zonas verdes y miradores donde detenerse a contemplar esta preciosa postal.
  • Degustar la gastronomía extremeña: Coria sabe bien. Aquí podrás probar productos locales de primera calidad como su jamón ibérico, los quesos de cabra, migas extremeñas, caldereta de cordero o embutidos artesanales. Todo maridado con vinos de la zona o licores caseros.
  • Vivir las fiestas de San Juan: si visitas Coria en junio, prepárate para una experiencia única. Las Fiestas de San Juan, declaradas de Interés Turístico Nacional, son una explosión de tradición y emoción. Verbenas, música en la calle y fuegos artificiales convierten la ciudad en toda una fiesta.
  • Explorar los alrededores: Coria está muy bien situada para hacer excursiones de un día. Puedes acercarte al Parque Nacional de Monfragüe, avistar aves rapaces en libertad, o descubrir pueblos con encanto en la Sierra de Gata. Otra opción es adentrarse en la Ruta de los Conventos o visitar Plasencia, a tan solo media hora.

Consejos prácticos para tu visita

La mejor época para visitar Coria es en primavera y otoño, cuando el clima es templado y la ciudad muestra todo su esplendor entre murallas, jardines y calles empedradas. Para quienes deseen sumergirse en su tradición más vibrante, la mejor fecha para citarte con este destino es en junio, durante la semana de San Juan, cuando la ciudad se llena de color, música y festejos populares.

Además, Coria se encuentra a unos 100 kilómetros de Cáceres y a 70 de Plasencia, y es fácilmente accesible en coche desde Madrid en poco más de tres horas. También cuenta con conexiones de autobús desde las principales localidades extremeñas.