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El supervisor de atención de llamadas del 112 de la Generalitat, declara que hubo "llamadas sin voz" a consecuencia de una "incidencia técnica" previa y que se activaron mensajes pregrabados por el colapso
Una testigo reconoce ante la jueza de la DANA que en el 112 estaban “saturados” cinco horas antes del envío del Es-Alert
Cada declaración de testigos ante la jueza de la DANA desvela un elemento nuevo sobre la trágica jornada del pasado 29 de octubre, que dejó 228 fallecidos. Incluso los testigos más secundarios aportan algo desconocido. D. E. B. S., supervisor de atención de llamadas del 112 del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat, ha afirmado este martes que el entonces secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, investigado en la causa, abandonó el pasado 29 de octubre la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) para desplazarse al edificio de enfrente del complejo de la Generalitat en l'Eliana, donde se encuentra el 112, y trasmitir una “llamada personal”, según fuentes conocedoras de su declaración.
Argüeso abandonó la reunión del Cecopi dos veces. La primera alertó de la situación de unos agentes de la Policía Local de Picanya que pedían auxilio a la Guardia Civil porque, al desbordarse el barranco del Poyo, no podían dirigir el tráfico.
En una segunda visita, el entonces alto cargo de Emergencias de que había agentes de la Policía Local de la misma localidad que se habían quedado atrapados. Tal como ha declarado el testigo, fueron los únicos “contactos personales” con miembros del edificio del Centro de Coordinación de Emergencias que alberga el Cecopi y la sala de mando y control.
Por otro lado, el testigo también ha asegurado que el día de la DANA se activó una “operativa extraordinaria” ante la avalancha de llamadas al teléfono que gestiona la subcontrata de Ilunion. El supervisor del 112 entró a trabajar a las 15.00, cuando la situación ya era “complicada”. De hecho, ha asegurado, que antes de su turno, ya se tenía constancia de dos fallecimientos en Utiel.
Las llamadas que entraban en esa primera hora de la tarde provenían de la Ribera Alta, de Buñol y de Utiel-Requena, en referencia a cortes en carreteras y desbordamientos en el río Magro. Desde la mañana del 29 de octubre, se había activado la “operativa extraordinaria” para “aumentar” la capacidad de respuesta. También se había reforzado el servicio. Y los 54 puestos permanecían ocupados por empleados del 112.
“Operativa extraordinaria” ante las “llamadas sin voz”
D. E. B. S. ha detallado que se puso un “mensaje grabado diferente” que indicaba: “Estamos en un episodio de lluvias, si tiene emergencia manténgase en línea, si no deje libre la línea”. Se trata de “plantillas” que, en el caso de emergencias por lluvias, están grabadas previamente.
Para las emergencias “menos graves”, se estableció la “no devolución del caso para que no haya carga”. Y los “temas informativos” no se atendían “en el momento”, según ha dicho el testigo.
El teléfono 112 de la Generalitat sufría desde la noche anterior una “incidencia técnica” de “llamadas sin voz”. “Tú te escuchabas como retorno al contestar”, ha explicado el testigo.
En todo caso, ha especificado el supervisor del 112, “todas las llamadas de los puntos calientes llegan a Emergencias”.
El testigo ha descrito la situación como un “diluvio universal”. Al desconocer la localización de las cuencas desbordadas, se dio cuenta “en los días siguientes” de que la “acumulaciones de llamadas” estaban vinculadas a las cuencas.
En el turno de tarde, “subió el nivel de llamadas” y, a partir de las 17.00, provenientes de localidades como Cheste o Chiva. Las llamadas de la zona del barranco del Poyo se dispararon “a partir de las 19.00”. Aunque, al mismo tiempo, no dejaban de entrar llamadas de la comarca de la Ribera Alta.