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Se usaba como alternativa a las piedras azules turquesa y el lapislázuli, con costo prohibitivo y difíciles de trabajar
Tres tumbas de altos funcionarios del antiguo Egipto emergen intactas en Luxor tras más de 3.000 años
Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU) ha conseguido recrear un tesoro casi perdido: el azul egipcio, el pigmento sintético más antiguo del mundo que se utilizó para decorar todo tipo de materiales y elementos decorativos hace cinco mil años en el antiguo Egipto. Un tono muy apreciado por los faraones y que traspasó épocas, empleándose hasta finales del Imperio Romano e incluso por algunos pintores en la Edad Media.
Los autores del estudio, publicado en la revista NPJ Heritage Science, celebran los resultados porque, a pesar de que el pigmento azul egipcio era apreciado en la antigüedad, existían pocas evidencias arqueológicas sobre su elaboración.

Para recrear el azul egipcio, elaboraron 12 recetas diferentes del pigmento a partir de mezclas de dióxido de silicio, cobre, calcio y carbonato de sodio. Calentaron el material a unos 1000 grados Celsius durante entre una y once horas para replicar las temperaturas que habrían estado disponibles para los artistas de la antigüedad.
Después, enfriaron las muestras a distintas velocidades para estudiar los pigmentos utilizando técnicas modernas de microscopía y análisis que nunca se habían empleado para este tipo de investigación, comparándolos con dos artefactos del antiguo Egipto.
El azul egipcio incluía una variedad de tonos azules, según su lugar de fabricación y calidad. Acreditaron algo que se sospechaba: el pigmento es muy heterogéneo. Además, dependiendo de sus ingredientes y del tiempo de procesamiento, su color variaba del azul intenso al gris o verde apagado.

“Esperamos que este sea un buen caso práctico sobre lo que la ciencia puede aportar al estudio de nuestro pasado”, destaca el primer autor del artículo y director de la Escuela de Ingeniería Mecánica y de Materiales de la WSU, John McCloy.
Actualmente, las muestras creadas por este equipo de científicos se exhiben en el Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh (Pensilvania), aunque pasarán a formar parte de la nueva galería a largo plazo del museo centrada en el antiguo Egipto.
Azul egipcio, todo un símbolo
El azul egipcio es el pigmento sintético más antiguo del mundo, del que se tiene constancia por primera vez alrededor del 3100 a. C. Se preparaba fundiendo juntos calcio, cobre, sílice y carbonato potásico. Después se molía y se calentaba otra vez para refinarlo. Su uso pronto se popularizó porque proporcionó una alternativa a las piedras azules turquesa y el lapislázuli, con costo prohibitivo y difíciles de trabajar. Así, esa tonalidad inundó templos, tumbas y todo tipo de elementos decorativos, convirtiéndose casi en un emblema. Estuvo en uso desde el Egipto faraónico hasta finales del Imperio Romano, aunque su empleo se puede documentar en pintura hasta la Edad Media.