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Maiden Castle no cayó ante los romanos en una masacre, sino en un conflicto más complejo a nivel local
Identificación fotográfica] 06 Junio 2025, 12:15

Maiden Castle no cayó ante los romanos en una masacre, sino en un conflicto más complejo a nivel local

Revisión histórica - Durante décadas se consideró que esta fortaleza de la Edad del Hierro fue testigo de una feroz resistencia a la conquista romana, una idea que ha resultado ser equivocada

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La conquista romana de Britania arrancó con una operación militar meticulosa. Las legiones de Claudio cruzaron el canal de la Mancha en el año 43 después de Cristo con la intención de someter un territorio dividido por tensiones internas. En poco tiempo impusieron su dominio sobre gran parte de la isla, apoyándose en alianzas estratégicas y en el uso sistemático de la fuerza.

En medio de ese avance desigual que duró varias décadas, uno de los enclaves con mayor carga simbólica fue Maiden Castle, una fortificación de la Edad del Hierro en el actual Dorset, que durante décadas se consideró el lugar de una feroz resistencia.

Maiden Castle se convirtió en el escenario más simbólico del supuesto choque contra Roma

Las heridas de los esqueletos hallados allí reforzaron esa idea. El arqueólogo Mortimer Wheeler, que dirigió la excavación en los años treinta, encontró restos humanos con marcas evidentes de violencia, incluido un cuerpo con una punta de lanza aún incrustada en la columna vertebral.

Esa imagen alimentó el relato de un enfrentamiento directo con las tropas romanas, que caló hondo en la historiografía británica y en el imaginario popular de la época. La teoría encajaba con el clima social anterior a la Segunda Guerra Mundial, en el que cualquier historia de resistencia nacional tenía una acogida inmediata.

Arqueólogos como Miles Russell insisten en que los cuerpos fueron enterrados en un espacio sin función defensiva
Arqueólogos como Miles Russell insisten en que los cuerpos fueron enterrados en un espacio sin función defensiva

La escena de esa supuesta batalla se instaló sin apenas resistencia crítica en libros, artículos y documentales. Se presentó como una masacre puntual que simbolizaba el fin violento de una época. Sin embargo, las pruebas más recientes apuntan en una dirección muy distinta. El análisis osteológico y las nuevas dataciones por radiocarbono han permitido reconstruir una historia más compleja, basada en conflictos internos entre distintas facciones britanas.

Las nuevas pruebas científicas han desmontado el mito

Martin Smith, profesor asociado de Antropología Forense y Biológica en la Universidad de Bournemouth, dirigió el estudio publicado en Oxford Journal of Archaeology que revisa por completo esa lectura tradicional. En relación con el proceso que permitió fijar una nueva cronología para los esqueletos, Smith explica que “estos individuos murieron a lo largo de un periodo de décadas, y no en un único y terrible suceso”. La investigación ha determinado que las muertes abarcan desde finales del siglo I antes de Cristo hasta inicios del siglo I después de Cristo, lo que las desvincula directamente de la invasión romana.

El futuro de Maiden Castle como yacimiento podría ofrecer aún más respuestas sobre los britanos
El futuro de Maiden Castle como yacimiento podría ofrecer aún más respuestas sobre los britanos

Los signos de violencia siguen presentes en los restos, pero adquieren ahora otro sentido. Se trata de heridas provocadas por armas cortantes y contundentes, que revelan enfrentamientos sostenidos entre grupos locales. En este contexto, el hallazgo de una fosa común con 62 cuerpos enterrados de forma respetuosa sugiere un conflicto entre élites rivales, en lugar de una matanza indiscriminada a manos de un ejército extranjero.

Miles Russell, arqueólogo especializado en el periodo prehistórico y romano y también vinculado a la investigación, analiza la evolución del relato dominante desde que se difundieron los primeros resultados de Wheeler. Según él, “la historia de los heroicos britanos luchando contra los invasores romanos en uno de los mayores castillos fortificados del país se ha convertido en un elemento inamovible de la literatura histórica”.

El conflicto fue interno y refleja una sociedad britana marcada por la violencia y la rivalidad

Ese relato ha perdido fuerza frente a las pruebas acumuladas por el equipo de Bournemouth. Russell insiste en que “la evidencia arqueológica actual apunta a otra cosa: a que fueron britanos los que mataron a otros britanos, y que los cuerpos fueron enterrados en una fortificación que ya no cumplía su función defensiva”. La propia ubicación del enterramiento, en una zona sin uso militar en ese momento, refuerza esa interpretación.

La presencia de distintos tipos de ritos funerarios en un mismo espacio añade más matices al análisis. Paul Cheetham, arqueólogo e investigador en Bournemouth, destaca la relevancia social que esto implica. A su juicio, “la coexistencia de distintos ritos funerarios en un mismo espacio y tiempo sugiere una sociedad compleja, donde la identidad y la jerarquía social influían en cómo se enterraba a los muertos”.

Las excavaciones dirigidas por Wheeler solo afectaron a una pequeña parte del complejo de Maiden Castle. Según los investigadores actuales, existen muchas posibilidades de que haya más restos ocultos en la zona, lo que abriría nuevas líneas de estudio sobre la estructura social y política de los pueblos britanos antes de la llegada definitiva de Roma.


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