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La llaman las “islas Seychelles” de España: esta playa mediterránea es un paraíso de aguas turquesas
Identificación fotográfica] 04 Julio 2025, 12:15

La llaman las “islas Seychelles” de España: esta playa mediterránea es un paraíso de aguas turquesas

Entre acantilados bajos, caminos sin urbanizar y una costa con presencia discreta de servicios, este enclave menor de Formentera reúne paisaje litoral, calma y accesibilidad controlada

La playa de Cantabria donde podrás caminar sobre el agua hasta un islote y disfrutar de una cascada sobre la arena

Cala Saona es playa ubicada en la costa occidental de Formentera, a poca distancia del núcleo urbano de Sant Francesc Xavier. Se trata de una playa de dimensiones reducidas, con aproximadamente 140 metros de longitud, rodeada por pequeños acantilados de piedra rojiza y una franja central de arena clara. Sus aguas, de tonalidades azul turquesa, y la tranquilidad que ofrece han contribuido a su creciente notoriedad como destino de costa dentro del archipiélago balear.

Esta cala se encuentra en una bahía semicerrada que proporciona resguardo frente al viento y las corrientes. Su acceso es sencillo tanto en vehículo como en bicicleta o a pie, a través de una ruta señalizada desde el puerto de La Savina o desde la carretera que conecta con Sant Francesc. La playa dispone de servicios básicos como hamacas y vigilancia en temporada alta, y está adaptada para personas con movilidad reducida. El entorno inmediato está compuesto por un pinar y algunas construcciones tradicionales vinculadas a la actividad pesquera local.

El espacio presenta un grado bajo de urbanización. En el área más próxima se encuentra un hotel y varias casetas de pescadores, conocidas como varaderos, utilizadas desde hace generaciones para proteger embarcaciones ligeras. Estas construcciones de madera aportan un elemento distintivo al paisaje, junto con los llaüts —embarcaciones tradicionales de la zona— que pueden observarse en la costa. La playa ha sido reconocida por su calidad ambiental y forma parte de las zonas costeras protegidas.

Cala Saona y su entorno inmediato

Cala Saona es conocida por la transparencia de sus aguas y la calma de su mar. Su fondo arenoso facilita el baño y permite el uso recreativo del espacio sin grandes riesgos. Por su orientación, está parcialmente resguardada de las corrientes, lo que genera condiciones adecuadas para actividades como el snorkel, el kayak o el paddle surf.

La playa cuenta con un entorno natural poco alterado. La zona boscosa que la rodea está compuesta por pinares y sabinas. Esta vegetación ofrece sombra y contribuye a la preservación de la biodiversidad local. Desde el pinar, parten varios caminos rurales que conectan con otras rutas interiores. En temporada turística, el acceso está regulado para evitar congestión de vehículos, y se promueve el uso de transporte no motorizado.

Uno de los principales atractivos es su ubicación frente al oeste. Esta característica la convierte en uno de los lugares más frecuentados de Formentera para observar el atardecer. El sol se oculta en línea recta sobre el mar, lo que genera una visibilidad total del horizonte desde la arena. Esta circunstancia ha contribuido a consolidar la playa como punto de reunión al final del día para residentes y visitantes.

Cala Saona está rodeada por rocas de tono rojizo que bordean la playa.
Cala Saona está rodeada por rocas de tono rojizo que bordean la playa.

Qué visitar en los alrededores

Muy próxima a Cala Saona se encuentra Caló d’en Trull, una cala de pequeñas dimensiones situada en una zona de antiguas construcciones pesqueras. El tramo costero está formado por un fondo arenoso combinado con tramos de acantilado de color rojizo. La playa, que no supera los 40 metros de longitud, es frecuentada por quienes buscan espacios poco transitados y de carácter íntimo. En algunos tramos se practica el nudismo y el acceso se realiza por la carretera, pero no dispone de aparcamiento habilitado, por lo que es habitual llegar caminando desde puntos próximos.

También en los alrededores se encuentra Caló de s’Oli, un entrante de costa de aspecto agreste, con predominancia de roca y arena combinadas. Su forma en media luna y su orientación al norte permiten disfrutar de vistas hacia la isla de Ibiza en días claros. La cala está rodeada de vegetación baja, dunas y fragmentos rocosos que se alternan con zonas de arena, lo que le confiere una apariencia natural y sin modificaciones visibles. No cuenta con servicios, señalización ni infraestructura turística, y su bajo nivel de ocupación la convierte en una alternativa para quienes prefieren entornos tranquilos.

Desde su extensión limitada pero bien conservada, Cala Saona representa una muestra del equilibrio entre accesibilidad turística y preservación ambiental en Formentera. Su entorno inmediato, junto con las calas vecinas, conforma un itinerario de baja intervención urbana y riqueza paisajística, accesible en distancias cortas y compatible con un modelo de visita sostenible. La zona mantiene su atractivo gracias a una gestión que prioriza la conservación del litoral, consolidándola como un destino propicio para quienes buscan conocer una faceta más serena del Mediterráneo.


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