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Un espacio único que combina la arquitectura modernista con el bienestar terapéutico en un entorno histórico
Relax entre montañas: balnearios y aguas termales para disfrutar del invierno a remojo
En el corazón de Caldes de Malavella, Girona, se encuentra el Balneario Vichy Catalán, un lugar que ha sido testigo de siglos de historia y tradición. Este emblemático balneario no solo es famoso por sus aguas termales, sino también por su arquitectura, que lo convierte en una joya modernista del siglo XX.
Con una rica historia que data de tiempos romanos, esta construcción se ha convertido en uno de los balnearios más representativos de Cataluña, y ofrece una experiencia de relajación única en un entorno lleno de belleza y bienestar.
El origen romano de las termas
El balneario Vichy Catalán se encuentra en el Puig de les Ànimes, un área que en tiempos romanos ya contaba con termas. En 1840, se adquirieron estos terrenos para construir los Banys Nous (nuevos baños) cerca de la famosa fuente de agua termal que ha dado nombre al balneario.
Fue en 1892 cuando el doctor Modest Furest i Roca adquirió la zona, consolidando el proyecto de crear un lugar para explotar las propiedades terapéuticas de las aguas, con el objetivo de curar y proporcionar bienestar a los visitantes. Lo que en su momento comenzó como un centro de salud ha crecido hasta convertirse en una joya arquitectónica y un moderno balneario de lujo.
Un diseño modernista con influencias neomudéjares
El proyecto original fue encargado a Gaietà Buigas i Monravà, un arquitecto que diseñó el edificio entre 1900 y 1904. Sin embargo, debido a desavenencias con el propietario, la obra fue completada por Manuel Almeda i Esteva, lo que dio lugar a una fusión interesante de estilos.
A primera vista, la fachada principal del balneario refleja una clara inspiración modernista y, al mismo tiempo, neomudéjar, especialmente visible en la decoración de la fachada con arcos árabes y una policromía de tonos que evocan a la Alhambra de Granada. La otra ala del edificio presenta arcos de herradura y columnas delicadamente esculpidas que refuerzan la mezcla de influencias arquitectónicas.
La capilla modernista dedicada a San José y San Esteban se encuentra en el interior del complejo, abriendo a un patio claustral, completando la armonía entre funcionalidad arquitectónica y simbolismo cultural. Todo ello hace que el balneario sea no solo un lugar de descanso, sino también un museo vivo de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX.
El interior: un equilibrio entre modernismo y confort
Dentro del balneario, la decoración es igualmente deslumbrante, manteniendo elementos originales del modernismo, como las cristaleras de colores, el mobiliario de maderas nobles y la herrería artesanal.
Los salones, comedores y corredores despliegan una ornamentación detallada que combina la elegancia con la filigrana, haciendo de cada rincón un viaje al pasado mientras se disfruta del confort contemporáneo.
El balneario no solo destaca por su arquitectura, sino por los servicios que ofrece para garantizar el bienestar de sus visitantes. Con 86 habitaciones y suites de lujo, el balneario es un centro de salud y relajación ideal para disfrutar de masajes y tratamientos estéticos y terapéuticos.
Además, dispone de un spa termal, gimnasio, piscina exterior climatizada y pista de pádel, todo ello rodeado de un hermoso jardín de 20.000 m2, donde los huéspedes pueden relajarse y disfrutar de un entorno lleno de historia y naturaleza.