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El cruento asesino que fue inspiración para algunos de los villanos más terribles del cine
Identificación fotográfica] 20 Junio 2025, 18:15

El cruento asesino que fue inspiración para algunos de los villanos más terribles del cine

Su caso creó todo un debate entre la salud mental y el sistema judicial en Estados Unidos

En noviembre de 1957, una pequeña localidad de Wisconsin quedo conmocionada, junto al resto de los Estados Unidos, cuando la policía encontraba una escena macabra en una granja de Plainfield. Propiedad de Edward Gein, lo que vieron allí los agentes no solo quedaría en sus retinas, sino que incluso trascendería hasta la cultura popular, y que es el asesino que protagonizará la próxima temporada de Monstruos de Netflix, que ha pasado por Jeffrey Dahmer o Los hermanos Lyle y Erik Menendez.

Lo que se encontró en casa de Edward Gein fueron toda una serie de muebles y diferentes objetos, como máscaras e implantes, que se crearon con la piel y los huesos de diferentes humanos. Hasta allí habían llegado por la sospecha que tenían sobre su participación en la desaparición de Bernice Worden, propietaria de la ferretería local, y cuyo último cliente registrado había sido él.

El cuerpo de ella sería uno de los que aparecieron en la granja de Ed Gein, así como otros que habían sido profanados del cementerio local, la gran mayoría mujeres. Una escena macabra que daría pie a la inspiración detrás de los personajes más cruentos del cine como Norman Bates de Psicosis o Leatherface de La matanza de Texas, arraigando así en la cultura pop.

Una infancia y vida marcada por una madre autoritaria

Edward Gein nació en 1906 en el seno de una familia dominada por su madre, Augusta, una mujer autoritaria y profundamente religiosa, que tenía una visión conservadora y rígida sobre el pecado y las mujeres, a las que consideraba corruptas. Así, sobre estos ideales crio y educó a sus dos hijos, que apenas tuvieron contacto con el exterior y la sociedad.

Todo ello se cuenta en el libro de Harold Schechter, The Ed Gein File, que se basa a su vez en documentos del FBI, donde se detalla como toda esta educación conservadora y de extremismo religioso afectó en el desarrollo emocional de sus hijos, que no llegó a tener relaciones sociales ni vínculos más allá de su familia.

Edward, en concreto, sentía un claro rechazo a la sociedad y tenía gran dependencia emocional de su madre. Un momento clave de su vida sería cuando ocurrió la muerte de su hermano Henry en un incendio de sospechosas causas, y la de su madre al año siguiente, en 1945, con lo que se quedó solo en la granja, aislada de la población, y en la que comenzaría su obsesión hacia cuerpos humanos sin vida.

La sórdida afición de Ed Gein y el debate que abrió sobre salud mental y crimen

Primero se dedicó a profanar el cementerio local para hacerse con cuerpos con los que creaba decoración, todo ello gracias a las técnicas que había aprendido de su padre, carnicero. Pero esto derivó en que diera su siguiente paso, el de secuestrar y asesinar, conociéndose dos las víctimas, una de ellas Bernice Worden.

Ese noviembre de 1957 sería cuando todo ello acabó al encontrar sus macabras decoraciones, y sería deteniendo, abriendo un debate sobre salud mental al ser declarado mentalmente incompetente para enfrentar un juicio ese mismo año. Tras ello, recibiría tratamiento psiquiátrico y se le diagnosticó esquizofrenia paranoide y otras patologías.

Tras ello, sería finalmente en 1968 cuando fue juzgado y declarado culpable de asesinato en primer grado, aunque fue llevado a una institución psiquiátrica como relata el Journal of Criminal Law and Criminology de ese año. Moriría en 1984 en el Instituto para Enfermos Mentales Mendota en Madison, Wisconsin.


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