![Identificación fotográfica] Identificación fotográfica]](https://wanted.love/uploads/news-logo/2025/06/02/1656/big-7ad2c09c00.jpeg?auth=a7fb6e4672828fb2cd36c3eb57fd2b808815968f21f5a3e46b9305014a20017d)
18 días después de comenzado (el pasado 15 de mayo) y tras 31 conciertos, dos representaciones operísticas, proyecciones de películas y documentales, encuentros con los artistas y actividades para niños y jóvenes, el Festival Shostakóvich de la Gewandhaus de Leipzig ha llegado a su fin. Es probablemente el más ambicioso que se ha dedicado nunca en Occidente al compositor ruso y aunque, por lógica, es muchísimo más lo que ha quedado fuera que lo que se ha programado, a muchos les habrá servido sin duda para hacerse una idea muy cabal de su grandeza, que se mantiene incólume medio siglo después de su muerte. Cierta vanguardia siempre lo ha denigrado, pero un público extremadamente culto como el de Leipzig, la ciudad donde vivieron Bach, los Schumann, Mendelssohn o Mahler, donde nacieron Wagner o Hanns Eisler, donde estudiaron Albéniz o Grieg, adonde siguen peregrinando estudiantes de todo el mundo, donde la música es un asunto muy serio, ha aplaudido fervorosamente sus composiciones estas dos semanas, aun las más difíciles, aun las más crípticas.