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Del antiguo palacio apenas quedan vestigios, pero uno de ellos es el Parque del Retiro
El palacio más grande del mundo que es Patrimonio de la Humanidad y fue encargado por un rey español
El parque del Retiro es uno de los lugares más emblemáticos e históricos de la ciudad de Madrid, un sitio en el que se desarrollan también eventos destacados como la Feria del Libro. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando fue planteado como una parte del Palacio del Buen Retiro, una posesión real de la que solo quedan algunos vestigios.
Esplendor en el reinado de Felipe IV y los primeros Borbones
El Palacio del Buen Retiro comenzó su construcción en 1630 por orden del rey Felipe IV, que seguía la sugerencia de su valido, el conde-duque de Olivares, para plantear una residencia de descanso en torno a la iglesia de San Jerónimo.
Esta siguió el modelo de alcázar de planta cuadrada con torres en las esquinas coronadas por chapiteles y un gran patio central, pero la falta de proyecto general y las prisas hicieron que el resultado fuera un edificio desarticulado, sin eje principal.

Esa plaza cuadrada en el centro fue sede de numerosos festejos, corridas de toros, juegos y representaciones teatrales durante el reinado de Felipe IV, siendo otras zonas destacadas el Salón de Reinos, el salón de baile o Casón y el teatro o Coliseo.
Sin embargo, vivió un pequeño período de abandono con el fallecimiento del conde-duque de Olivares, de la reina Isabel y del heredero Baltasar Carlos, para luego volver a su esplendor con el segundo matrimonio del rey.
La decadencia del Palacio del Buen Retiro
Con la llegada de los Borbones, el edificio real volvió a vivir un período destacado, pues Felipe V lo prefería al Alcázar, y por eso planteó una remodelación de estilo francés, algo que no comenzaría hasta 1712 y que se quedaría tan solo en papel y con algunas modificaciones parciales. A pesar de ello, tras el incendio del Palacio Real en 1734, los monarcas se trasladaron aquí como residencia oficial.

Sin embargo, en 1764, con el nuevo Palacio Real, Carlos III se trasladó allí y también se llevó algunas de sus pinturas más destacadas, con lo que comenzaría una pequeña decadencia que se haría más grande con la Guerra de la Independencia, cuando los franceses lo utilizaron como fortaleza. Así, a la vuelta de Fernando VII, el palacio estaba arrasado y comenzaron a demolerse algunas de sus partes, cediendo lo que quedaba al Ayuntamiento.
El resto es historia. Actualmente del Palacio del Buen Retiro solo quedan sus jardines, que muy modificados representan el Parque del Retiro, así como el Casón del Buen Retiro, restaurado en 1881 y actualmente siendo una de las sedes del Museo del Prado, que en su ampliación ocupará también el Salón de Reinos, anteriormente el Museo del Ejército.