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Accesible únicamente a pie desde un mirador cercano, este arenal destaca por su entorno natural sin infraestructuras y la convivencia habitual de usos textil y nudista
El pueblo de Asturias que conecta más de 30 playas con montañas en solo 56 kilómetros
A unos nueve kilómetros de la villa de Llanes, se encuentra una de las playas más características del litoral oriental asturiano. Se trata de la playa de Torimbia, un arenal en forma de concha flanqueado por acantilados, al que solo se puede acceder a pie desde un aparcamiento situado en la zona alta del cabo Prieto. A diferencia de otras playas del norte peninsular, Torimbia no cuenta con edificaciones, ni paseo marítimo, ni chiringuitos permanentes. Forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias, una figura de protección ambiental que limita cualquier tipo de urbanización.
Torimbia tiene aproximadamente medio kilómetro de longitud y su ancho oscila entre 76 y 100 metros, según el estado de la marea. La pendiente del arenal es suave y el oleaje es moderado, aunque varía en función del viento y las corrientes. El entorno está marcado por la vegetación autóctona que se extiende desde las zonas altas hasta la franja más cercana a la arena.
No existen construcciones en la playa ni infraestructuras fijas. Tampoco se permite el acceso de vehículos hasta el arenal, lo que refuerza la conservación de su carácter natural. El camino de acceso, señalizado, puede completarse en unos diez minutos a pie desde la zona habilitada para el aparcamiento.
El uso nudista está extendido desde los años sesenta y convive de forma habitual con el uso textil, sin una regulación formal que separe zonas o imponga restricciones. La playa es frecuentada tanto por visitantes locales como por turistas que llegan desde otros puntos del país o del extranjero. Durante los meses de verano se presta servicio de socorrismo. El resto del año, el lugar queda sin vigilancia, aunque continúa siendo accesible a pie.
Un espacio natural bajo protección
La playa de Torimbia forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias, una figura de conservación que abarca más de 30 kilómetros de litoral entre Llanes y Ribadedeva. Este espacio incluye playas, acantilados, dunas, islotes y sistemas litorales sin urbanizar. En el caso de Torimbia, el entorno carece de edificaciones y está sujeto a una normativa que limita las intervenciones humanas, tanto en la zona de playa como en sus accesos.
Para llegar hasta el arenal, se parte desde la localidad de Niembro. Desde allí se puede subir en coche por una carretera estrecha hasta el mirador de Torimbia. Desde allí, el acceso a la playa continúa a pie a través de una pista de tierra que serpentea entre vegetación y pastos ganaderos. El recorrido, de unos diez minutos, se realiza por un camino compartido ocasionalmente con el ganado local. Algunos visitantes optan por dejar el vehículo en Niembro y completar la subida a pie, lo que supone un trayecto adicional de unos 25 minutos en pendiente.
Durante el verano, el entorno cuenta con vigilancia y un quiosco ambulante. El resto del año no existen instalaciones disponibles en el entorno inmediato, tampoco aseos ni papeleras. Las autoridades recomiendan a quienes accedan a la playa que se lleven consigo los residuos generados. Además, está prohibido el acceso con animales domésticos entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, siguiendo la normativa municipal que regula el uso de los espacios públicos en la costa del concejo de Llanes.
Otras playas del entorno
En el entorno de Niembro se concentran varios arenales próximos a Torimbia. A menos de un kilómetro se encuentra la playa de Toranda, de menor extensión y con acceso directo desde el propio núcleo urbano. Hacia el este, en dirección a Barro, se localizan las playas de Barro y Borizu, con accesos acondicionados y servicios disponibles en temporada alta. Algo más alejada, a unos seis kilómetros, se sitúa la playa de San Antolín, una de las más extensas del concejo de Llanes, ubicada junto a la desembocadura del río Bedón.
La playa de Gulpiyuri, declarada Monumento Natural, se sitúa a unos diez kilómetros por carretera. Es una playa interior sin salida directa al mar, alimentada por una galería subterránea que conecta con el Cantábrico. El acceso se realiza desde la localidad de Naves, mediante una senda habilitada. Su pequeño tamaño obliga a limitar la afluencia durante la temporada alta.