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Fresco, saciante sin ser pesado, y perfecto para preparar con antelación, el empedrat tiene todo lo que se le puede pedir a una cena ligera para las noches de verano
Ni campera ni de pasta: cinco ensaladas frías para llevar a todos lados este verano
A medio camino entre una ensalada de legumbres y un plato único de cocina popular, el empedrat es uno de esos tesoros que la gastronomía catalana ofrece sin estridencias, pero con resultados que convencen desde el primer bocado. Nada de ingredientes exóticos ni técnicas complicadas: alubias blancas, bacalao, hortalizas frescas, un buen aceite de oliva y el punto justo de vinagre. Eso es todo. Y es más que suficiente para poder disfrutar de un plato riquísimo y sin complicaciones.
Aunque no suele figurar en las listas de recetas veraniegas más vistas en redes sociales, quien lo pruebe volverá a repetir sin ninguna duda. Su sencillez y sabor hacen que no necesite promocionarse ni reinventarse cada verano. Fresco, saciante sin ser pesado, y perfecto para preparar con antelación, el empedrat tiene todo lo que se le puede pedir a una cena ligera para las noches calurosas.
Alubias, bacalao y equilibrio
La base del plato son las mongetes o alubias blancas cocidas, que combinan perfectamente con el resto de ingredientes: dados de tomate maduro, tiras de pimiento rojo o verde, cebolleta fresca y bacalao desalado y desmigado. Todo esto, bien mezclado y aliñado, se convierte en una explosión de sabor.
El empedrat no pretende impresionar con elaboraciones complejas, sino hacer que disfrutes de una comida nutritiva y saludable que mantenga a raya los excesos del verano. Por una parte, el bacalao añade ese sabor a mar que contrasta con la dulzura del tomate y la frescura de los vegetales. Por otra, el aceite de oliva, como en tantas otras recetas mediterráneas, actúa como hilo conductor, mientras que unas gotas de vinagre le dan ese toque ácido, pero sin robar protagonismo.
Saludable y delicioso

Desde el punto de vista nutricional, el empedrat combina proteínas de calidad, del bacalao y las legumbres, fibra, grasas saludables y una buena cantidad de vitaminas y minerales. Todo sin necesidad de salsas pesadas o ingredientes ultraprocesados.
Por ello, el plato resulta especialmente interesante para quienes buscan cuidarse sin pasar hambre, o para aquellos que tienen poco tiempo, pero muchas ganas de comer bien. Además, tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que mantiene estables los niveles de azúcar en sangre y ayuda a evitar picos de hambre a las pocas horas.
Un plato que se prepara solo
Una de las grandes ventajas del empedrat es su preparación fácil y rápida. No necesita ni horno, ni fogones encendidos. Basta con tener los ingredientes a temperatura ambiente o refrigerados y montarlo todo en un bol. Lo ideal es dejarlo reposar unos minutos, o incluso una hora en la nevera, para que los sabores se integren. Así, el bacalao suelta parte de su jugo, las verduras se asientan, y el conjunto del plato gana tanto en textura como en potencia.
Incluso, si se dispone de alubias cocidas en conserva, el proceso se acorta aún más. Simplemente, habrá que enjuagarlas bien bajo el grifo para eliminar el líquido del bote y secarlas con un paño limpio o papel de cocina. A partir de ahí, todo es cuestión de cortar, mezclar y aliñar.
Cómo prepararlo en casa

El empedrat es un ejemplo claro de que la cocina de verdad no necesita grandes elaboraciones. Con ingredientes sencillos, se consigue un plato lleno de sabor, saludable y versátil. Aquí va una receta básica para dos personas, ideal como cena ligera o como primer plato en una comida más completa:
- 250 gramos de alubias blancas cocidas (pueden ser de bote)
- 100 gramos de bacalao desalado y desmigado
- Un tomate grande maduro
- Medio pimiento verde o rojo (o ambos)
- Media cebolleta
- Aceitunas negras (opcional)
- Perejil fresco picado
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de vino
- Sal al gusto
Siguiendo estos pasos en casa, obtendrás un empedrat perfecto para poder disfrutar este verano:
- Comienza lavando bien las alubias y escúrrelas.
- Luego, corta el tomate, el pimiento y la cebolleta en trozos pequeños.
- Mezcla todos los ingredientes en un bol amplio.
- A continuación, añade el bacalao desmigado.
- Aliña con tres cucharadas de aceite, una de vinagre y una pizca de sal para después removerlo todo bien.
- El último paso será guardarlo en la nevera al menos 30 minutos antes de servir.
Puede acompañarse de unas rebanadas de pan tostado, aunque no lo necesita. Si, además, quieres enriquecerlo, añade un huevo duro cortado en cuartos o unas tiras de pimiento del piquillo, que también funcionan muy bien.
Una receta que admite variantes
Aunque la versión clásica es con bacalao, no es raro encontrar interpretaciones con atún en conserva, huevo duro o incluso en versiones completamente vegetales. En lugar de alubias blancas, algunos optan por garbanzos o lentejas. También es habitual incorporar aceitunas negras, pepino, maíz dulce o incluso un toque de mostaza en la vinagreta.
Esta flexibilidad convierte al empedrat en una especie de comodín culinario. Es fácil adaptarlo a lo que haya en la nevera, a dietas específicas o a preferencias personales. Además, se puede preparar en formato individual o como una gran ensalada al centro para compartir.