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La Declaración De Belém pide una transición coordinada por parte de los países miembros de la ONU hacia dietas basadas en plantas
En el contexto de la actual crisis climática, y ante la inminente Cumbre del Clima COP30, que se celebrará en Belém (Brasil), más de un centenar de organizaciones internacionales ha presentado la Declaración de Belém, un llamamiento coordinado para que los Estados miembros de la ONU impulsen dietas saludables y sostenibles basadas en alimentos de origen vegetal. Cabe añadir a dichas dietas la dimensión de la ética animal.
Un llamamiento global desde Bonn
La Declaración fue presentada en la conferencia previa a la COP30, celebrada estos días en Bonn (Alemania), durante las Reuniones de Junio sobre el Cambio Climático. Firmada por representantes de ciudades, autoridades regionales y ONG de todo el mundo, la iniciativa busca situar las dietas ricas en vegetales en el centro de la agenda climática y sanitaria internacional. Con esta Declaración se busca preservar el patrimonio culinario del Sur global, tradicionalmente rico en vegetales, y hacer frente al consumo excesivo de carne en el Norte global.
Juliette Tronchon, responsable de Asuntos de la ONU en ProVeg International, ha subrayado la importancia del documento: “Sentimos mucha satisfacción al presentar esta Declaración, que esperamos eleve el perfil de las dietas ricas en plantas en la próxima cumbre COP30 de noviembre. Las dietas basadas en plantas no solo desempeñan un papel enorme en la mitigación de la crisis climática, sino que también son saludables para las personas, apoyan la seguridad alimentaria y pueden generar oportunidades de empleo a gran escala”. A estas importantes razones debemos añadir la necesidad ética urgente de velar por los derechos de los otros animales, que son víctimas directas de la explotación de las industrias alimentarias.
ProVeg es una organización por la conciencia alimentaria, que trabaja para transformar el sistema alimentario global reemplazando los productos animales por alternativas vegetales y cultivadas. Mediante relaciones con instituciones, gobiernos, productores, inversores, prensa y público general, trabaja para ayudar a realizar la transición hacia una sociedad y una economía que sean menos dependientes de la ganadería y más sostenibles para la especie humana, para los otros animales y para nuestro planeta común. La organización dispone de oficinas en nueve países de cuatro continentes, trabaja activamente alrededor de todo el mundo y tiene el estatus de observador permanente en la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), así como el estatus consultivo especial en el ECOSOC (Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas), y está acreditada para la UNEA (Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente). Proveg ha recibido el premio Momentum for Change de Naciones Unidas.
Objetivos y demandas de la Declaración
La Declaración de Belém se apoya en los hallazgos científicos de la ONU y en la creciente evidencia sobre los beneficios de las dietas vegetales. Entre sus principales demandas, destacan:
- La elaboración de planes de acción nacionales para los alimentos de origen vegetal, que promuevan dietas saludables y sostenibles “de la granja a la mesa”, con el objetivo de aumentar la seguridad alimentaria, la resiliencia y la salud públicas, además de mitigar el cambio climático y proteger la biodiversidad.
- El compromiso de fijar una fecha límite para la publicación de estos planes, de modo que puedan ser debatidos en la COP32 en 2027.
- La asignación de apoyo financiero específico para la implementación de estos planes, con fondos provenientes de los presupuestos de promoción agroalimentaria.
El peso de la alimentación en la crisis climática
El sistema alimentario mundial, y en particular, la ganadería, es responsable de una cantidad significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, hasta una quinta parte del total, así como del 32 % de las emisiones de metano de origen humano. Frente a esto, los alimentos de origen vegetal provocan la emisión de la mitad de gases de efecto invernadero que los productos de origen animal, requieren menos tierra y agua, y no contribuyen al uso de antibióticos ni al riesgo de pandemias.
Enric Noguera, responsable para las ciudades europeas de la campaña Plant Based Treaty, ha insistido en que “los sistemas alimentarios, y en concreto la ganadería, son el principal motor de la devastación ecológica y, sin embargo, no se está abordando seriamente en el debate sobre el clima”. Por ello, ha celebrado la iniciativa de la Declaración de Belem, que considera un paso importante para impulsar acciones significativas en este sentido.
Una transformación con respaldo científico y social
La Declaración de Belém no solo busca preservar el patrimonio culinario vegetal del Sur global y frenar el consumo excesivo de carne en el Norte global, sino que aspira también a una transición justa y sostenible del sistema alimentario global. Organizaciones como la ya mencionada ProVeg International o la Asociación de Médicos para la Nutrición (PAN) respaldan la iniciativa, junto a publicaciones científicas de referencia que avalan los beneficios de las dietas vegetales para la salud humana y planetaria, como The Lancet Planetary Health. La PAN es una organización médica mundial sin fines de lucro que promueve (mediante el fomento de prácticas basadas en evidencia de dietas saludables para la salud personal y planetaria) la nutrición en la atención médica y en la formación médica para reducir millones de muertes relacionadas con la dieta. Por su parte, la Lancet Planetary Health es la revista líder en salud planetaria del mundo, a través de publicaciones sobre las intersecciones del cambio climático global, el desarrollo sostenible, la salud humana y la justicia social.
Próximos pasos hacia la COP30
La Declaración será entregada a la organización de la COP30, con la expectativa de que los compromisos asumidos puedan traducirse en políticas concretas y medibles. El consenso internacional sobre la necesidad de transformar la alimentación es, según sus impulsores, más fuerte que nunca. “Ha llegado el momento de que las dietas ricas en plantas escalen posiciones en la agenda de las cumbres climáticas de la ONU. En la actualidad, tanto en la ONU como a nivel nacional, existe un gran consenso sobre los beneficios de los alimentos de origen vegetal, tanto para los países del Sur como para los del Norte”, concluye Juliette Tronchon.
La Declaración de Belém representa así una oportunidad clave para avanzar hacia sistemas alimentarios más sostenibles, resilientes y equitativos, en beneficio del clima, la salud y la economía global. Así como, añadimos, en beneficio de la ética antiespecista, que pone a los otros animales en el foco central de sus demandas de justicia.