![Identificación fotográfica] Identificación fotográfica]](https://wanted.love/uploads/news-logo/2025/06/13/2840/big-d55b503104.jpg)
Ritos paganos y cristianos unidos por el fuego del solsticio
Algunos de los mejores destinos para pasar una noche de San Juan inolvidable
Durante la noche más corta del año, comunidades de toda España encienden hogueras y celebran una fiesta que ha llegado hasta nuestros días gracias a un doble legado: el de los antiguos rituales paganos vinculados al solsticio de verano y el de la tradición cristiana que integró esta fecha en honor al nacimiento de San Juan Bautista.
Desde hace mucho tiempo atrás, culturas precristianas encendían hogueras el 21 de junio para reforzar la energía del sol, consciente de que, desde ese momento, los días comenzarían a acortarse. Estos fuegos cumplían una función simbólica de purificación y de protección ante los malos espíritus, acompañada de saltos sobre las llamas y quema de objetos que representaban aquello que se deseaba abandonar.
El cristianismo integró esta tradición, trasladando la celebración al 24 de junio, fecha en que según los Evangelios nació San Juan Bautista. Para simbolizar este nacimiento, su padre Zacarías mandó encender una hoguera, lo que reforzó la continuidad del fuego como elemento central de la festividad.
Diversidad de celebraciones en España
En Alicante y otras localidades de la Comunitat Valenciana, las Hogueras de San Juan se han convertido en fiestas de gran relevancia: se levantan monumentos artísticos de cartón y madera que se queman durante la tradicional Cremà, acompañados de mascletàs y verbenas.
En otros lugares de la costa mediterránea (Catalunya y Región de Murcia) es común encender hogueras en la playa, saltar las llamas y bañarse en el mar a medianoche. Según manda la costumbre, saltar un número impar de veces sobre la hoguera o dar nueve saltos a las olas trae buena suerte.
En Galicia, esta fiesta mantiene tintes celtas profundos: las hogueras (conocidas como cacharelas o lumeiradas) arden en cada pueblo, acompañadas de rituales con agua (baños o lavados al amanecer) y hierbas de San Juan para protegerse de maleficios.
En San Pedro Manrique (Soria) subsiste la ancestral práctica del Paso del Fuego, donde los vecinos caminan descalzos sobre brasas encendidas, en una ceremonia silenciosa que evoca su origen celtibérico. En el País Vasco, las hogueras tienen raíces precristianas celtas también, encendidas en la noche del 23 de junio como un ritual de adoración al sol y purificación del espíritu.
A pesar de su variedad, todas estas celebraciones comparten elementos esenciales: el fuego y el agua como agentes de purificación, el ritual de renovación personal y el uso de elementos naturales (hierbas, cáscaras, papeles) para cerrar un ciclo y abrir otro. De esta manera, la noche de San Juan sigue manteniendo viva la conexión con lo ancestral y lo comunitario, a través de un espectáculo colectivo que renueva cada año el vínculo del ser humano con la naturaleza y la historia.