El agua ha acabado llevándose también por delante los planes de Aina, alumna del instituto público de Albal, en Valencia, que este martes empieza a examinarse de la Selectividad. Tras sobreponerse, con ayuda psicológica, al trauma que le provocó la inundación de su casa por el desbordamiento del barranco del Poyo el 29 de octubre, de atreverse, pasadas las Navidades, a salir de casa y volver a clase, y de trabajar duro para recuperar el tiempo perdido, Aina, que tiene 17 años, ha acabado el Bachillerato con una media de 7,78. “No está mal. Pero soy una alumna que siempre ha sacado muchos nueves y muchos dieces, y pienso que podría haberlo hecho mejor. Es injusto que la dana nos haya robado las notas”, dice.